sábado, 21 de marzo de 2020


Crónicas de la reclusión I: 

La poesía en los tiempos del cólera

    Nos creamos como versos encerrados
cada día, en cada instante.
Nos partimos en seres múltiples
creyendo que uno sólo sobrevive.
En la celda que nuestro cuerpo ocupa,
las palabras no tienen eco.
Sólo el pensamiento nos responde;
sólo la Verdad encuentra asiento,
calladamente,
entre las horas que se precipitan
en los desfiladeros de la incertidumbre.
   Una mirada del espejo cotidiano,
impertinente,
me proyecta sueños de otros siglos,
sueños ya soñados
por mis ancestros paleolíticos.
Cada siglo tiene sus pesadillas;
ahora nos toca ser carne de estadística
cifras vomitadas en los telediarios.
   Nos ponemos el traje de muerte,
mientras la Parca
nos aparca en las márgenes
del río de la vida.  
No hay mayor ventura sobre el existir
que mirar a los ojos de la Muerte,
plantarle cara a los versos destrozados
por pandemias irreales,
pandemias virtuales,
pandemias digitales,
pandemias mentales,
pandemias animales.
¿Qué nos queda en el bolso de la ilusión?
ESPERANZA.
Sólo la poesía nos salva.
Porque la poética nos alumbra,
Como la FE, nos colma de fortaleza
Para combatir las pesadillas
Creando SOLIDARIDAD en las manos.
   Cuando esto acabe,
¿habremos acabado las mujeres y hombres de parir
la nueva era?
Llevamos tanto tiempo esperando,
que parecemos un personaje de Beckett:
Esperando, sin esperanza.
Esperando a que algo cambie para que todo siga igual,
Una opresiva paradoja,
un gatopardismo Lampedusiano que nos arrastra,
una interminable sucesión de re-creaciones
que parchean nuestras mentes,
maquillan realidades,
y visten con ropa nueva armazones viejos.
El vino nuevo quijotesco
que se escanciaba en los viejos cueros.
   Cuando el mundo resucite de esta muerte,
cual Lázaro con vestidos de mortaja,
quiero que suelte sus andrajos.
Que se libere de la mortecina niebla del corazón oscuro,
que arrope la luz de un nuevo amanecer.
Amando la Tierra que nos inicia y nos finiquita,
amando el aire, libre de cuerpos extraños.
Cambiando nuestros sueños
porque son de otros siglos.
Y que tengamos sueños nuevos,
libres de cosas,
libres de artificios.
   Cuando el cólera acecha
el Amor se resiente,
porque el Amor,
lo dijo el gran poeta colombiano,
es como el cólera.
Nos revuelve y desestabiliza
Para crear nuevas alboradas de
Nuestro humano existir.
Un verso.
Un virus.
Un canto.
Un tiempo.
Una Luz.
Una palabra para la Esperanza:
POESÍA.

CAESAR
Marzo 2020