LOS JARDINES DEL PRADO DE TALAVERA Y EL DESPROPÓSITO POLÍTICO
Han pasado más de dos meses y el vecindario talaverano se
pregunta qué pasa con los Jardines del Prado. Por su estado lamentable más parece
un solar abandonado a su suerte que un jardín histórico. Más se acerca a la
imagen de un campo de batalla con trincheras semienterradas, donde se suponen
que iban las instalaciones de riego e iluminación o saneamiento. Se nos ha
dicho que hubo razones presupuestarias en las que una revisión del monto original
de la obra exigía un aumento de un 40 % del inicial. Dijimos en su momento que la
intervención nos parecía descabellada, megalómana y hasta cierto punto innecesaria.
No voy a repetir mis argumentos por manidos, para defender una gestión de estos
espacios de forma progresiva y sobre todo, respetuosa con el medio en el que se
interviene. Más allá de la lamentable situación en la que se encuentra el
conjunto nos llama la atención el silencio gubernamental y la inoperancia. El
anterior equipo debió de dejar las cosas mal atadas con la empresa cuando esto
no avanza. Tras el cambio de gobierno municipal, cuando esperábamos que se
solucionaran los escollos burocráticos y
de presupuesto y se reiniciaran inmediatamente las obras, muy al contrario,
vemos como la superficie vegetal y la basura se acumula en el Prado. El recinto
está volviendo a ser un locus naturae donde la propia fuerza vital de la naturaleza
transforma lo que había sido un espacio antrópico. A lo mejor tenemos que dejar
que la madre natura lo gestione ya que los humanos somos incapaces de hacerlo.
El caso de los Jardines de Prado y su escandalosa gestión
municipal, sin mencionar las responsabilidades que pueda tener la empresa
adjudicataria, nos sitúa ante la relación dialéctica que tenemos con nuestro
medio ambiente, y cómo la ideología política influye en la conservación de
nuestro medio natural aunque, como en este caso, sea una creación antrópica,
con un patrimonio histórico y arqueológico heredado, por añadidura.
Dice mucho de cómo construimos nuestras ciudades, de cómo
diseñamos desde el punto de vista urbanístico y ambiental nuestros espacios,
tanto los nuevos como los heredados. El desajuste político, desgraciadamente,
afecta a este tipo de actuaciones de forma negativa. Ojalá que pronto haya
cordura y sensatez en la administración local para solucionar cuanto antes el
desaguisado. Creo que está en juego la declaración de Bien de Interés Cultural
con categoría de Jardín Histórico para nuestro recinto del Prado.
La ciudadanía está expectante….